MEGAN BROOKS. La suplementación con vitamina D tiene el potencial de ser una estrategia viable de prevención de la demencia, especialmente cuando se inicia de manera temprana, sugiere una nueva investigación.[1]
En un gran estudio de cohortes prospectivo, las personas que ingirieron vitamina D tenían 40% menos de probabilidad de desarrollar demencia que sus pares que no la utilizaron. Los efectos de la vitamina D fueron más pronunciados en las mujeres, en personas con función cognitiva normal y no portadores de apolipoproteína E (APOE) ε4.
“Sabemos que la vitamina D tiene algunos efectos en el cerebro que podrían tener implicaciones para reducir la demencia; sin embargo, hasta ahora, la investigación ha arrojado resultados contradictorios”, declaró en un comunicado de prensa el investigador principal, Dr. Zahinoor Ismail, del Hotchkiss Brain Institute, University of Calgary, en Calgary, Canadá.
“Nuestros hallazgos brindan información clave sobre los grupos a los que podría dirigirse específicamente la suplementación con vitamina D. En general, encontramos evidencia que sugiere que la suplementación temprana podría ser particularmente beneficiosa antes del inicio del deterioro cognitivo”, dijo el Dr. Ismail.
El estudio se publicó en versión electrónica el 1 de marzo en Alzheimer’s and Dementia: Diagnosis, Assessment and Disease Monitoring.[1]
Prometedor, pero aún es preliminar
Los hallazgos se basan en 12.388 participantes adultos (edad promedio: 71 años) de la base de datos del US National Alzheimer’s Coordinating Center que tenían cognición normal o deterioro cognitivo leve al principio. Un total de 4.637 (37%) tomaron suplementos de vitamina D y 7.751 no lo hicieron.
Aquellos que tomaron suplementos de vitamina D tenían más probabilidades de ser mujeres y tener un mayor nivel educativo. La depresión y el deterioro cognitivo leve fueron más frecuentes en quienes no tomaban vitamina D.
Durante 10 años, 2.696 participantes desarrollaron demencia, incluidos 2.017 (75%) que no estuvieron expuestos a suplementos de vitamina D. La tasa de sobrevida libre de demencia a 5 años fue de 84% en el grupo de vitamina D, frente a 68% en el grupo que no tomó vitamina D.
Después de ajustar por edad, sexo, educación, raza, cognición, depresión y estado de APOE4, la exposición a la vitamina D (frente a ninguna exposición) se asoció significativamente con una menor incidencia de demencia (hazard ratio ajustado: 0,60; intervalo de confianza [IC] de 95%: 0,55 a 0,65; p < 0,001).
Esto fue cierto en las tres formulaciones: calcio-vitamina D, colecalciferol y ergocalciferol.
Si bien la exposición a la vitamina D se asoció con una menor incidencia de demencia en todos los estratos de sexo, diagnóstico cognitivo y estado de APOE ε4, las tasas fueron más bajas en mujeres que en hombres, en aquellos con cognición normal en comparación con deterioro cognitivo leve, y en no portadores de APOE ε4 en comparación con los portadores, señalaron los investigadores.
Advirtieron que el estudio tenía varias limitaciones. No hubo datos sobre la dosis o la duración de la exposición a la vitamina D o los niveles basales de esta en suero. “Será necesario aclarar la duración de la exposición, las relaciones dosis-respuesta y el papel de la deficiencia de vitamina D para informar los estudios de intervención”, acotaron los investigadores.
“Prevenir la demencia o incluso retrasar su aparición es de vital importancia dada la creciente cantidad de personas afectadas”, aseguró en el comunicado de prensa el coautor del estudio, Dr. Byron Creese, Ph. D., de la University of Exeter, en Exeter, Reino Unido. “El vínculo con la vitamina D en este estudio sugiere que tomar suplementos puede ser beneficioso para prevenir o retrasar la demencia, pero ahora necesitamos ensayos clínicos para confirmar si este es realmente el caso”.
El Dr. Creese anotó que el estudio en curso VitaMIND en la University of Exeter está explorando este problema más a fondo al asignar aleatoriamente a los participantes vitamina D o un placebo. Los investigadores están examinando los cambios en las pruebas de memoria y pensamiento a lo largo del tiempo.
Quedan preguntas clave
Al solicitar los comentarios del Dr. Ihab Hajjar, profesor de neurología y medicina interna del UT Southwestern Medical Center en Dallas, Estados Unidos, dijo que el “gran factor de confusión” en este y otros estudios similares es no tener datos de referencia sobre los niveles de vitamina D.
“Sabemos que las personas con niveles bajos de vitamina D tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos, eso ha sido reproducible en múltiples estudios epidemiológicos. Pero si tomamos a las personas con niveles normales y los suplementamos con vitamina D, ¿reducimos su riesgo de futuros problemas cognitivos? Creo que ahí es donde radica la controversia”, dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Hajjar, que no participó en el estudio.
“También es importante saber que la vitamina D adicional en las personas que tienen niveles normales puede causar un aumento del calcio y tener algunos efectos secundarios”, agregó el Dr. Hajjar.
Sin embargo, señaló que no hay duda de que los niveles bajos de vitamina D deben corregirse. “Eso es algo que todos practicamos, porque la deficiencia de vitamina D se ha relacionado no solo con el deterioro cognitivo, sino también con problemas de movilidad, debilidad muscular y caídas”.
“La pregunta que queda por responder es si hay algún beneficio cognitivo al agregar vitamina D cuando los niveles son normales. En este momento, no hay pruebas sólidas de que realmente haga una diferencia”, concluyó el Dr. Hajjar.
El estudio fue apoyado por National Institute for Health y Care Research Exeter Biomedical Research Center. El Dr. Ismail declaró tener relaciones con Otsuka/Lundbeck, Biogen y Roche. El Dr. Hajjar ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
PUBLICADO EL 20 DE MARZO 2023 / Para más contenido suscríbase a nuestros boletines y siga a MEDSCAPE en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.