Es una ciudad mexicana, capital del estado de Sonora,
con una localización central y una población de 884,273 habitantes,
es también la ciudad más poblada de la entidad. Se ubica a 287 kilómetros
de la frontera con los Estados Unidos y a 107 kilómetros de la costa
en el golfo de California. En la ciudad hay una importante industria de
servicios y de manufactura.
Hermosillo fue catalogada como una de las ciudades más habitables de México,
según lo publicado en el estudio Las Ciudades más habitables de México en 2013
y 2018 por la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica.
La ciudad se ubicó como la séptima ciudad más competitiva del país de acuerdo
con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) a partir de factores
como su diversificación económica, ubicación geográfica, acceso a la educación,
gobierno, innovación y relaciones internacionales, de acuerdo al análisis de
combatividad urbana dado a conocer por esa institución en el 2016.
El origen de Hermosillo data de 1700, cuando se fundaron los pueblos de Nuestra
Señora del Pópulo, Nuestra Señora de los Ángeles y la Santísima Trinidad del Pitic,
habitado por yaquis, seris, tepocas y pimas bajos.
Años atrás se habían presentado dificultades internas entre los indios tepocas con
los pimas bajos y como consecuencia, se habían alejado de sus funciones.
El propósito de la ciudad fue el de contener a los indios seris y tepocas, para
proteger la expansión hispana con el nombre de Real Presidio de San Pedro de la
Conquista, nombre otorgado en honor al Virrey don Pedro de Castro y Figueroa,
duque de la Conquista y marqués de Gracia. El explorador encargado de la fundación
de los pueblos fue Juan Bautista de Escalante, quien logró pacificar la situación,
un 18 de mayo de 1700, dando un discurso, del cual se reproduce esta parte:
“mandándoles que en adelante no tuviesen guerras, sino que viviesen como cristianos
y que tratasen unos con otros con ferias de la ropa de su uso y semillas de sus
siembras, a que respondieron de una y otra parte, que así lo harían dándome muchas
gracias por el bien que les hacía de asentar las paces.”
En 1718, por órdenes del gobernador don Manuel de San Juan y Santa Cruz, se repobló
el pueblo de la Santísima Trinidad del Pitic; el 29 de septiembre de 1725 los seris
asentados en el Pópulo se levantaron en son de guerra e invadieron al pueblo de Opodepe.
Se les persiguió a los seris con el objeto de castigarlos hasta que firmaran la paz en
enero de 1726, y fueron asentados en el Pópulo y en los puntos denominados Alares y
Moraga; posteriormente dada la incertidumbre por la belicosidad de los indígenas se
formó el presidio del Pitic.